La Comisión Internacional Independiente de Investigación sobre los Territorios Palestinos Ocupados de la ONU, afirmó, el pasado mes de septiembre, que Israel está cometiendo genocidio en Gaza. A pesar de la enorme cantidad de informes que acuerdan con esta afirmación, el ente colonial israelí ignora y se niega a cumplir con sus obligaciones legales en virtud del derecho internacional, continuando con las masacres.
La Comisión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, llegó a estas conclusiones tras una investigación exhaustiva sobre los hechos ocurridos en Gaza entre el 7 de octubre de 2023 y el 31 de julio de este año. Lo acontecido en Gaza, sostienen, no han sido hechos aislados, sino que forman parte de largas décadas de ocupación ilegal y represión sionista que sigue manteniendo su objetivo de expulsar o exterminar a la población palestina de sus tierras y reemplazarla.
El informe de la Comisión señala que las autoridades y las fuerzas israelíes han cometido cuatro de los cinco actos genocidas definidos en la Convención de 1948 para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, al matar, causar lesiones graves a la integridad física o mental, someter deliberadamente a condiciones de vida que hayan de acarrear la destrucción total o parcial de los palestinos, e imponer medidas destinadas a impedir la natalidad. El informe expone cómo las declaraciones explícitas de las autoridades civiles y militares israelíes revelan un patrón de conducta que demuestra que los actos genocidas se ejecutan con la intención de destruir, total o parcialmente, a los palestinos de la Franja de Gaza como grupo.
Respecto a la comunidad internacional, el informe remarca la obligación legal que tienen todos los Estados de utilizar todos los medios a su alcance para detener el genocidio en Gaza, por lo que llamó a cesar la transferencia de armas y equipamiento militar a Israel, a garantizar que las personas y empresas en sus territorios y dentro de su jurisdicción no participen en la comisión de genocidio ni en la incitación a cometerlo, como así también a tomar medidas para garantizar la rendición de cuentas mediante investigaciones y procedimientos legales contra personas o empresas involucradas directa o indirectamente en el genocidio.
La Flotilla y el Plan
Más de cuarenta barcos con tripulantes de todo el mundo zarparon hacia Gaza con la esperanza de romper el bloqueo ilegal que la asedia desde hace más de una década. Este es el intento más concreto hasta ahora y fue de la mano de una comunidad internacional aunada en una acción directa que buscó romper con el genocidio y la impunidad del régimen israelí y los Estados occidentales que le avalan y sostienen.
Sin embargo, sólo uno de los barcos logró llegar a las aguas de Gaza, antes de ser interceptado al igual que los demás. El ente sionista no ha dudado en, una vez más y ante los ojos del mundo, romper con la legalidad internacional e interceptar los barcos de la Flotilla en aguas internacionales atacándolos con cañones de agua, rociándoles con aguas residuales y bloqueando sus comunicaciones. En un acto de secuestro masivo, los tripulantes fueron llevados a los territorios ocupados quedando detenidos.
Hoy, 4 de octubre de 2025, el periodista turco Ersin Çelik, liberado junto a otros activistas, denunciaba públicamente: “Arrastraron a la joven Greta Thunberg del pelo, la golpearon y la obligaron a besar la bandera israelí. Hicieron todo lo posible para que esto sirviera de advertencia a los demás.»
A pesar de que miles de personas salieron a las calles en diversas ciudades del mundo exigiendo el fin del genocidio y la liberación de los activistas detenidos, todavía muchos de ellos continúan detenidos. Las últimas informaciones indican que han sido trasladados a una prisión en el desierto del Neguev y están siendo víctimas de tratos inhumanos.
Por otra parte, el plan presentado por el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump el 29 de septiembre, y que Benjamin Netanyahu, ha expresado aceptar, parece no traer algo nuevo, ya que poner fin al genocidio viene de quienes lo llevan a cabo y lo financian, explicitando en sus puntos las intenciones de que no sean los palestinos contra los que están cometiendo genocidio quienes decidan su futuro.
En la propuesta, el mal menor continúa siendo el mantenimiento del apartheid colonial y la ocupación, frente a la continuación del genocidio con pleno apoyo del gobierno estadounidense a Netanyahu. D. Trump se dirigió a la resistencia palestina para presionarlos a dar una respuesta con un mensaje a través de las redes sociales en el que sentenciaba: “Si no se alcanza este acuerdo de última oportunidad, se desatará un infierno como nunca antes se ha visto contra Hamás. habrá paz en oriente medio, de una forma u otra.”
La respuesta llegó para Trump con la aceptación parcial de la propuesta por parte de Hamas en acuerdo con las demás facciones de la resistencia donde dejan en claro que se negociaran determinados puntos sobre la base de la ley y la soberanía palestinas. Sin embargo, más allá de que el mandatario acogiera con satisfacción la respuesta y solicitara un alto el fuego inmediato al ente israelí, éste ha continuado con sus masacres en Gaza.
Expertos de la ONU sostienen que cualquier plan o iniciativa de paz debe fundarse en el respeto por las normas internacionales, basándose en la autodeterminación de los pueblos y garantizando la rendición de cuentas, algo que el plan de paz de Tump parece haber ignorado arbitrariamente.
De momento, una vez más Hamas junto a la comunidad internacional, dejan en claro a Israel y sus aliados que sus propuestas y accionares ya no son aceptados y tolerados a pesar de sus intentos de disfrazar de “acuerdo humanitario” un plan que no es más que la continuación del exterminio palestino.







